ASÍ FUE LA III JORNADA DE CRIANZA RESPETUOSA DE SEVILLA

No sé ni por donde empezar. He sentido tantas emociones en apenas unas horas que todavía estoy abrumada.

Tras la experiencia de la segunda jornada, con dos cambios de fecha por lluvia y a la que acudí embarazada de más de siete meses, me debía a mí misma una Jornada que estuviera a la altura. A la altura de las profesionales que acudían a compartir sus conocimientos, a la altura de las familias que asistirían a las actividades, a la altura de mí misma y de mis propias expectativas.

Pero lo cierto es que la tercera Jornada de Crianza Respetuosa superó cualquier sueño que pudiera haber rondado mi cabeza estas semanas atrás.

Durante unas horas ni siquiera podía hablar. Era inevitable llorar.

Recuerdo especialmente a varias familias a las que me acerqué por si necesitaban información. Cuando comprobaron que era yo la responsable de la Jornada comenzaron a felicitarme y a elogiarme. Y tuve que acabar marchándome porque no podía contener las lágrimas.

Puedo decir, sin temor a equivocarme, que superé mis expectativas y que cumplí todos mis objetivos.

Que ayer (y los días previos) sembramos la semilla de la crianza respetuosa en cientos de familias. Que mamás y papás se fueron de allí con información valiosísima para afrontar la crianza de sus hijas e hijos pero sobre todo con herramientas y recursos para continuar este camino de la maternidad y paternidad desde el respeto y la empatía.

Quiero aprovechar para dar las gracias. Permitidme que centre este post en todas las personas que han hecho posible que esta Jornada haya sido un éxito.

En primer lugar, a mi hija y mi hijo y a mi marido. Porque es a ellos a los que les he quitado horas de nuestro tiempo, los que han soportado mis nervios y los que me han dado el empuje y la fuerza que necesitaba. Sois mi motor para seguir.

Gracias a todas y cada una de las maravillosas profesionales que habéis impartido charlas y talleres, compartiendo  mucho más que información, poniendo el alma en que todo saliera bien. Gracias por formar parte de esta maravillosa locura y darle forma y sentido.

Gracias a todos los proyectos que habéis participado por confiar en la Jornada y en mí. Solo espero que para vosotras y vosotros haya merecido la pena el trabajo y estar presentes, y que vuestras iniciativas se vean reforzadas. Sin vosotros, la Jornada hubiera sido, simplemente, un sueño incompleto. GRACIAS.

Gracias a quienes os habéis encargado de hacer felices a los más pequeños con vuestra magia, música, sonrisas, bailes y juegos. Porque vosotros habéis hecho que  lo que podría haber sido un sábado cualquiera haya sido un día digno re recordar y tremendamente especial y emocionante para cientos de niñas y niños.

Gracias a todo el personal del Parque del Alamillo por haber formado parte desde el minuto 1, por la predisposición, la ayuda, la confianza. Porque no hay un lugar mejor para disfrutar en familia. Ya nuestra Jornada no se entiende sin el Parque…

Gracias a mi compañera de batalla. ¡Ni una triste foto nos hemos hecho! Menudo trabajazo y sin perder la sonrisa en ningún momento. Fuiste mis manos y mis pies casi toda la tarde. No hubiera tenido mejor compi que tú. ¡¡¡Gracias campeona!!!

Gracias al equipazo de Isla Mágica por poner las cosas tan fáciles y haber creído en este proyecto desde que solo estaba en mi cabeza. Para mí es un verdadero honor que la Jornada esté ligada de una forma tan bonita a un lugar tan especial para mí y mi familia.

Gracias a todos los medios de comunicación que me dedicasteis un tiempo valiosísimo para hablar de la Jornada y hacerla llegar a miles y miles de personas. Vuestro apoyo ha sido un pilar muy importante para que todo saliera bien.

Pero sobre todo gracias a quienes vinísteis a disfrutar de esta tercera edición de la Jornada Respetuosa de Sevilla. Gracias por tantas muestras de cariño, por haber desafiado al calor y al solazo y haber venido a compartir, a aprender, a disfrutar.

Gracias porque vosotras y vosotros sois los únicos que podéis hacer que todo esto cambie, que la siguiente generación sea una generación sana emocionalmente. Gracias por luchar para conseguirlo.

Por no tener miedo a pedir ayuda.

Por tener la mente abierta. Y el corazón.

Por buscar una mejor forma de hacerlo.

Porque durante un día, todas y todos fuimos parte de una misma tribu.

Una tribu formada por más de 2.000 personas… hasta me da vértigo decirlo….

Por muchas Jornadas más, familia. Por muchas más…