Reflexiones

EL ELEFANTE ENCADENADO

Leo muchas opiniones sobre el método Estivill y las que más me llaman la atención son las que se vanaglorian de que sus hijos «solo» lloraron hasta la saciedad durante 4 ó 5 días y que desde entonces duermen divinamente, solitos, sin ayuda y toda la noche del tirón (o ese creen porque me da que se despertarán más de una vez pero claro ¿para qué molestarse en llorar si ya sabe que sus padres no van a acudir?)

La gran mayoría de las personas que conozco que ha aplicado el método Estivill asegura que su hijo no sufre (evidentemente, ¿quién va a reconocer que su hijo sufre?) pero no termino de comprender cómo saben que es así. Si un bebé no sabe hablar ¿cómo es posible que a ciencia cierta se sepa que el bebé no lo pasa mal? Ya solo falta decir que está encantado por quedarse solo en una habitación, llorando hasta el agotamiento, sin que nadie le tienda una mano.

En definitiva, todo esto me recuerda a un cuento maravilloso de Jorge Bucay, «el elefante encadenado». Como cada uno de sus relatos deja huella, remueve por dentro y nos obliga a replantearnos las cosas.

Dedicado a Estivill, el culpable de que tantas y tantas familias vivan engañadas pensando que los niños tienen que dormir solos sí o sí, obviando nuestra naturaleza.

Un tipo egoísta, un amaestrador de bebés que prefiere condenarlos a la angustia que ayudar a que la sociedad acepte de una vez por todas que no hay que enseñar a dormir a nadie porque todos sabemos dormir y que el sueño es un proceso madurativo que tenemos que respetar.

Uno de los mayores enemigos de la crianza respetuosa, a quien se le olvida el pequeño detalle de que los bebés no son muñecos a pilas y que tienen necesidades como cualquier otra persona.

Para ti, Estivill. Te dedico este cuento. ¡Qué lo disfrutes!

 

EL ELEFANTE ENCADENADO

«Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacia gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales…Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas.

Sin embargo, la estaba era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir,

El misterio sigue pareciéndome evidente.

¿Qué lo sujeta entonces?

¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?»

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiuempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez.

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.

Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.

Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza…»

Cuento extraído del libro «Déjame que te cuente» de Jorge Bucay

Imagen extraída de la web www.otromundoesposible.net

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7 Comments

  • Nuria

    Pues sí, el mayor enemigo de la crianza respetuosa, la verdad, no entiendo como sigue presidiendo muchas de las secciones de maternidad en las librerías 🙁
    Me ha encantado el símil, un cuento precioso. Y es que los niñ@os stivillizados no aprenden a dormir solos, se resignan, porque saben que no tienen otra opción, me da mucha pena.

    • AdoroSerMama

      Si no vemos consecuencias a cortísimo plazo parece que no importe. La gente no termina de creerse que los efectos de aplicar este método son devastadores para los niños que lo sufren.

      ¡Gracias por tu comentario!

  • Mar

    Hola me ha gustado que se haya dado este debate porque simepre tuve mis dudas sobre si dejar llorar a un bebe y , quisiera saber cuales son esos defectos devastadores para el desarrollo emocional del pequeño que habla ADOROSERMAMA. Asi en base a esto podre opinar mejor. En principio, por lo que se, no se le deja al bebe llorando hotas y horas solo, sino que se le acompaña todo el tiempo, tratando de calmarle y sosegarle. Dejar que un bebe llore sin consuelo me parece cruel. Tampoco veo saludable que un bebe duerma en la cama de sus padres hasta los 4 años, no se como lo veis vosotras. Me gustaria conocer vuestra opinion. Un saludo grande

  • raquel lopez

    vamos y0o estoy completamente en contra de este metodo, no es que no lo usara nunca con mi niña es que ni se me paso por la cabeza cuando oi hablar de el, a mi personalmente me parece brutal, nunca pude ponerme en situacion de escuchar a mi niña llorar e ignorarala, en mi caso va completamente en contra de mi instinto maternal.

  • Crubsan

    A mi también me parecía desolador el método estivil, hasta que nuestro bebe nos ‘mandaba’ a la cama a las 20.30 todos los días, con tal de que no llorase y por supuesto en nuestra cama, que por una parte yo estaba encantada por sentirlo tan cerquita y poder estar abrazada pero x otra me he pasado noches y noches sin dormir (no exagero) y con un terrible dolor de espalda, ya que no se dormir de ninguna manera en la que me sintiera totalmente segura con el nene. Esto hizo que mi humor durante el día, fuese cada vez a peor y peor sintiéndome incapaz de tener fuerzas de dar un paseo con mi peque (el insomnio puede llegar a ser devastador) Finalmente llego el día, que decidimos dejarle llorar, con nosotros al lado moviendo su cuna, con el corazón partido pero agotada….y al final ha surtido efecto. Mi bebe duerme en su cuna, con un poco de movimiento cae rendido y yo x fin después de 5 meses puedo dormir aunque sea unas horas, lo que me viene estupendo para estar a full para el todo el resto del día. Con todo esto me vengo a referir, que lo de dejar llorar a un bebe o no, ahí que pensar que no todos los bebes son iguales y que cada madre hace lo mejor que puede para con su hijo y dejarle llorar no tiene pq significar quererle menos, es mas, en nuestro caso, fue un acto de amor.Un saludo

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