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FERDINAND: UNA PELÍCULA LLENA DE VALORES

Hoy día es raro encontrar una película infantil o una serie de dibujos animados en los que no haya violencia implícita. Os acordáis de lo que os contaba sobre Petter Rabbit, ¿no?

Por eso, antes de ir al cine con mi hija, me aseguro de que no vamos a llevarnos una sorpresa desagradable.

Me apetecía mucho ver Ferdinand porque había leído una crítica absurda y ridícula, escrita por un periodista taurino y con pocas luces. Decía que era una historia sensiblera y mentirosa (what?). El crítico en cuestión aseguraba que se estaba manipulando a través de esta película el mensaje de amor y respeto por los animales (what!!??) Y remata diciendo que la peli es antinatural porque el toro está rechazando su destino de toro bravo como si la gallina rechazara poner huevos o el perro andar a cuatro patas. Sí. Tal cual. Ya os avisé de que tenía pocas luces…

Esto me sirvió, al menos, para convencerme de que la peli encajaría con mis ideales y que podría aprovecharla para explicarle algunas cosas a mi hija sobre los animales en general y sobre los toros en particular.

Desde el minuto uno empaticé con Ferdinand. Un pequeño becerro, amante de las flores, que vive en un lugar que no es para él. En “la casa del toro” se entrenan para ser elegidos algún día por algún torero que les brinde la “oportunidad” de vencer en la plaza y conseguir la ansiedad libertad. O eso creen.

Pero Ferdinand no quiere torear. A él no le van las peleas, ni los enfrentamientos. De hecho, lejos de sentirse orgulloso, se entristece al ver que su papá ha sido elegido. Aunque le prometió volver, nunca lo hizo.

Es inevitable no empatizar. Vale que sean unos dibujos animados pero la historia está tan bien conseguida que te metes totalmente en el personaje.

Cuando Ferdinand comprueba que el camión llega sin su padre comienza su aventura.

¿Y qué le puede enseñar Ferdinand a los niños y niñas que vayan a verla?

 

LA VIOLENCIA NO ES EL CAMINO

Ferdinand siempre huye de la violencia. No responde a las provocaciones de Valiente. Ni siquiera ataca al torero a pesar de su tesón por torearle.

Él no tiene esa naturaleza. Y es que todos somos buenos, potencialmente buenos. Pero la vida hace tomar uno u otro camino.

Ferdinand elige su propio camino y alcanza la victoria. Consigue salvar a sus compañeros, convencer al “malo” y vencer al torero. Y todo ello de forma pacífica.

 

SER VALIENTE NO SIGNIFICA SER VIOLENTO

Una de las frases que más me llamó la atención fue “si no embistes tú, te embestirán a ti”.

Eso, extrapolado a la vida real y a nuestro día a día, quiere decir que “o haces daño o te lo harán a ti”. Y nada más lejos de la realidad. Nadie los libramos de sufrir desengaños a lo largo de nuestra vida, sea cual sea nuestra actitud.

La gran diferencia es que, si tratas a los demás como te gustaría que te trataran a ti, recibirás mucho más que si haces daño.

Ferdinand dice: “que no quiera luchar no significa que tenga miedo”

No entrar a las provocaciones, no pelear, no hacer daño… no significa tener miedo. Todo lo contrario. Ferdinand es muy valiente porque busca otro camino, elige su propio destino y no se conforma con el papel que han elegido para él.

 

ES MEJOR TRABAJAR EN EQUIPO

En el momento en el que Ferdinand descubre que los toros nunca regresan al hogar y que no ganan en la plaza, convence a sus compañeros para escapar.

Pero se necesitan unos a otros.

Si no hubieran trabajado en equipo no hubieran conseguido salvar la vida.

Todos tienen un papel importante en la película, una personalidad muy marcada. Y todos se necesitan entre ellos. El hecho de que dejaran a un lado sus diferencias y trabajaran en equipo hizo que consiguieran salvarse y escapar.

 

EL TORO NUNCA GANA

Ésa es una de las mayores lecciones que aprende Ferdinand en la película. Todos los toros que se marchan, se van para no volver.

Cuando descubre en un pasillo de la hacienda los cuernos de todos los toros que fueron elegidos para torear, comprende que no pueden optar a la libertad. Se da cuenta de que el matadero y la plaza son prácticamente el mismo lugar. ¿Y acaso no lo son?

Esta película me ha brindado una manera maravillosa de explicarle a mi hija lo que significa torear. Porque con cuatro años es complicado explicar según qué cosas sin caer en crueldades y sin hacerle daño.

 

SÉ TÚ MISMO

Ferdinand es un toro. Sí. Pero no es como los demás. De hecho, su pasión son las flores. Y da igual que el resto del mundo le vean como un toro bravo, como un animal de pelea, como una bestia. Él no se siente así. Y lucha por ello hasta el último momento. Y es que lo importante es ser fiel a uno mismo, no dejarse manipular ni influenciar.  Solo así será feliz.

¿Quiénes son los demás para decirte que no juegues al fútbol por ser una niña? ¿O que no puedes ponerte esa chaqueta rosa porque no es de niños? ¿Quién dice que tienes que ser mecánico como tu padre, si a ti lo que te gusta es la peluquería?

Una lección de vida. Un mensaje de los que calan muy hondo. Y una oportunidad maravillosa para trabajar muchísimo con nuestros peques el autoestima.

 

Bueno, pues estas son las principales enseñanzas que he sacado de la película Ferdinand, que se ha convertido en una de mis favoritas. Tanto es así que estoy deseando que se lance en blue ray para que pase a formar parte de nuestra colección y poder disfrutarla tantas veces como queramos.

Por cierto, ¿sabíais que la historia de Ferdinand fue prohibida durante la dictadura de Franco? Se consideraba «propaganda pacifista y republicana»

¿Vosotros la habéis visto? ¿Qué os ha parecido?

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