Reflexiones

NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL

No sé muy bien que te lleva a dejarle solo continuamente. Te quedas en el bar, tomándote un café, mientras tu criatura que por muy poco supera el año de edad, juega solo en el parque sin ningún tipo de control. Me da una pena horrible ser yo quién tenga que cogerle del brazo y levantarle cuando se cae porque tú no estás aquí.

Siempre te estás quejando de que no duermes, de que no tienes tiempo para nada, de que estás cansada, de que tu hijo es muy pesado y solo quiere estar contigo. Casi no sabes decir otra cosa cuando te pregunto cómo estás.

No termino de comprender por qué le riñes por cualquier tontería, qué es lo que te irrita tantísimo de tu bebé o por qué te parece tan grave que se ensucie la ropa o que deje un juguete en medio del salón.

Continuamente le dices a todo el mundo que es muy malo, describiéndole casi como un pequeño demonio manipulador que ha aparecido en tu vida para joderte tus momentazos de relax y para dejar totalmente anulada tu vida social.

A veces me pregunto si no recuerdas cuánto buscaste ese embarazo, cuánto tiempo estuviste esperando a que llegara acariciándote la barriga para sentir sus pataditas. No sé en qué momento te cambió el chip pero tengo la sensación de que crees que un hijo es como tener un muñeco al que se le da cuerda cuando quieres jugar pero que cuando tienes un mal día lo dejas guardado en el cajón de los juguetes para que no te moleste.

Un hijo es para toda la vida. Y nadie dijo que fuera fácil. Todo lo contrario.

Cuando estás embarazada los meses pasan muy despacio pero cuando tu pequeño está en el mundo los días vuelan y todo el mundo te va advirtiendo de con lo que te vas a encontrar en el siguiente paso: la etapa del «no», el supuesto «egoísmo», las rabietas, la rebeldía…

Nadie nos ha dicho que educar a un hijo fuera un camino de rosas pero tampoco creo que sea un calvario.

No sé si te habrás dado cuenta pero estás perdiéndote los meses más maravillosos de tu hijo, dejando que pase el tiempo sin pena ni gloria. Y querida, creo que te arrepentirás. Cuando pasen los años y tu hijo ya no te necesite probablemente echaras de menos su voz llamándote a cada instante, y sus abrazos sin un por qué, y su llanto desconsolado si ve que te marchas sin él. Echarás de menos que te pida que le cuentes un cuento, que agarre tu dedo para caminar y que necesite de tu beso de buenas noches para quedarse dormido.

El tiempo no vuelve amiga. Los años pasan tan rápido que llega a ser cruel. De repente te das cuenta de que ya no eres una chiquilla y eso jode. Ahora tú eres la mamá, tú eres la que da consuelo, la que enseña, la que educa y la que debe ser responsable.

Y no creas que no entiendo que te sientas frustrada. Yo a veces también me siento así. Me miro en el espejo y me pregunto en qué momento crecí, cuándo me hice mayor. Ha pasado todo tan rápido que parece mentira.

Pero párate a pensar. Que te sientas así no es culpa de tu hijo. Él no decidió venir. No se merece vivir en un continuo castigo porque tú añores tu juventud y tu libertad.

Hay muchas soluciones para que puedas disfrutar de tiempo para ti si es lo que quieres pero no a costa de amargarle la vida a él.

Ya me conoces, tú y yo siempre hemos sido muy diferentes. Yo asumo que lo pasado, pasado está, y veo absurdo vivir en continua melancolía. Disfruto del aquí y del ahora. Disfruto de mi hija, la vivo al máximo, la veo crecer y equivocarse y estoy a su lado siempre que me necesita. Quizás te parezca una locura pero no echo de menos mi vida anterior. Todo lo contrario. Soy plenamente feliz ahora que ella está aquí aunque de vez en cuando recuerde con nostalgia mi juventud y lo bien que lo pasaba pero no cambiaría ni un segundo de mi nueva vida junto a mi pequeña.

Sé que le amas con toda tu alma pero tienes que demostrárselo. Eso es lo que se queda, es lo que se les quedará a ellos. Es tu oportunidad de cambiar el recuerdo que tu hijo tendrá de ti.

 

«Para estar en la memoria futura de tus hijos, debes estar en su vida hoy»

 

 

Aclaración: esta carta no está dirigida a nadie en concreto, simplemente me he inspirado en algunas situaciones que he vivido y que he visto en algunas personas conocidas. Es una manera de desahogo ante la ignorancia que sufren algunos niños por parte de sus madres y que jamás entenderé.

 

 

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