Hasta que tuve a mi hija no me di cuenta de la diferencia tan abismal que puede llegar a haber entre pediatras. La forma de tratar a los niños, de atenderles e incluso de tratar a los padres; pediatras que son auténticos detractores de la lactancia materna y otros que en cambio, menos mal que los hay, son arduos defensores de ella; pediatras que te aconsejan que duermas con tu bebé y otros que te echan una reprimenda si se enteran de que lo haces.
El otro día leí un post que se titulaba «¡No a los pediatras bordes!» que afirmaba que un pediatra no puede ser un buen pediatra si no le gustan los niños. Yo diría más. Un pediatra no puede ser un buen pediatra si no sabe cómo tratar a un niño. Este post de «Mamás al borde de un ataque de besos» (click aquí para leerlo) me dio qué pensar y por eso decidí hablar con Sergio Fernández Ureña, pediatra del Servicio Canario de Salud, que se autodefine como PEDIATRA RESPETUOSO.
Él afirma que la pediatría debe ser siempre ejercida de forma respetuosa.
«Consiste en acompañar al desarrollo físico, intelectual, emocional y social del niño, identificando aquellos problemas potenciales pero sin intervenir de forma excesiva, innecesaria o irreflexiva. Esto incluye desde un correcto abordaje del crecimiento infantil al uso racional de antibióticos o el tratamiento y diagnóstico de las enfermedades en base a la mejor evidencia médica actual»
Al hilo del post «¡No a los pediatras bordes!» le pregunto a Sergio si cree que la pediatría debe ser vocacional. Y su respuesta ha sido contundente.
«No puedo concebir la medicina como una profesión carente de vocación. Tener la posibilidad de curar, o acompañar en los casos en que esto no es posible, a una persona enferma es un trabajo duro pero muy gratificante. Una fuerte vocación y dedicación es lo que permite tratar con excelencia científica pero sin descuidar la parte humana que juega también un papel muy importante»
Como decía al principio, hay pediatras para todas las opiniones. Mi pediatra es una grandísima defensora de la lactancia materna. Sin embargo hay otras pediatras que casi te ponen el grito en el cielo si tu bebé tiene más de 6 meses y aún sigue con el pecho. Así que esta pregunta era obligada.
¿Debería un pediatra estar totalmente a favor de la lactancia materna y de la crianza con apego o se puede permitir que haya diversidad de opinión?
«La lactancia materna es y será siempre el mejor alimento para todos los niños. En este aspecto, no reo que la diversidad de opinión tenga cabida ya que supondría una insuficiente o inadecuada formación. Y respecto a la crianza con apego, de la cual soy un firme defensor, creo que en muchos casos se dan recomendaciones o se establecen afirmaciones que no corresponden con las competencias adquiridas durante la formación como pediatra. Es un conocimiento que, en la mayoría de los casos, se ha recibido mediante el estudio personal y voluntario. Por otra parte, creo que si no se dispone de la mejor información o de las mejores evidencias tampoco se debería opinar.»
¿Es entonces incompatible la pediatría respetuoso con el sistema de sanidad que tenemos en España?
«No, ni mucho menos. Supone un cambio de mentalidad, formación y de determinados hábitos o recomendaciones ya obsoletas. Siempre he ejercido en el sistema público de esta manera»
Ante estas respuestas tan directas entiendo que hay una clara necesidad de actualización en los pediatras ¿no es así?
«Respecto a la parte de la pediatría que trata de las enfermedades no. Sin embargo, debería ser una obligación y una necesidad que las instituciones garantizaran una adecuada formación de todos los sanitarios y especialmente aquellos involucrados en la salud materno-filial (pediatras, matronas, enfermeros, médicos de familia…) en muchos otros aspectos como la lactancia materna ya que aunque se realizan algunos cursos a nivel nacional y europeo no se realizan en todos los centros y cuando se hacen la asistencia es muy inferior a la de los congresos de patología pediátrica. Una sociedad con tasas elevadas de lactancia materna será una sociedad más sana en el futuro»
La verdad es que es una verdadera pena que no existan más pediatras respetuosos en España. Más pediatras que, ante la ausencia de formación en aspectos tan vitales como la lactancia materna, se preocupen de formarse ellos mismos y documentarse con el fin de ejercer su profesión de la mejor manera. Más pediatras que sean menos «bordes» y más «humanos» con nuestros hijos y también con nosotros, sus padres, que a veces tenemos dudas en ciertas cosas pero que rebosamos amor por nuestros niños y solo queremos lo mejor para ellos y que los profesionales que se encargan de su salud sepan informarnos bien. En definitiva, más pediatras como Sergio.
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¿Y vosotros qué opináis de los pediatras respetuosos? ¿Cómo es vuestro pediatra?
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