Las salas de lactancia. Ése, a veces minúsculo, habitáculo, donde debemos sentirnos obligadas a dar el pecho a nuestro bebé para así no escandalizar al resto de la humanidad. Y digo lo de «sentirnos obligadas» porque si lo haces dentro de una tienda o en la cafetería siempre hay alguien que, no precisamente con tono amable, te recuerda que en la planta -2 tienes una maravillosa sala de lactancia donde «estarás más tranquilita». Esa pequeña habitación con dos sillas propiedad de solo unas pocas que entran con su marido, su madre, su hija mayor y el carro y que te hacen un repaso de arriba a abajo si te atreves…
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PEDIATRAS RESPETUOSOS
Hasta que tuve a mi hija no me di cuenta de la diferencia tan abismal que puede llegar a haber entre pediatras. La forma de tratar a los niños, de atenderles e incluso de tratar a los padres; pediatras que son auténticos detractores de la lactancia materna y otros que en cambio, menos mal que los hay, son arduos defensores de ella; pediatras que te aconsejan que duermas con tu bebé y otros que te echan una reprimenda si se enteran de que lo haces. El otro día leí un post que se titulaba «¡No a los pediatras bordes!» que afirmaba que un pediatra no puede ser un buen pediatra…
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MI QUITAPENAS
Está claro que nuestra generación no pasa por su mejor momento. Sobre todo por el miedo a quedarnos sin trabajo y sin poder hacer frente a nuestro día a día. Bueno, los que tenemos la enorme fortuna de tener trabajo (aunque sea como yo, autónoma) porque es una realidad que el trabajo ha pasado de ser un derecho a ser un auténtico lujo. Ya si hablamos de poner la televisión ni te cuento… Casi mejor no hacerlo. Entre los pederastas, los sacerdotes violadores, los atentados terroristas, las peleas de gallos (perdón, quería decir debates políticos, ¿en qué estaría yo pensando?), los tiroteos en barrios que podrían ser el nuestro, los…
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CUENTO SOBRE LACTANCIA MATERNA: LA TETITA MÁGICA
Había una vez una tetita que era mágica. Una tetita en apariencia normal pero con grandes súper poderes. Eran pocos los que reconocían su gran talento y muchos los escandalizados y los que renegaban de ella. ¡Es normal! Cuando alguien es tan especial provoca sentimientos enfrentados. Pero a ella le daba igual. Seguía teniendo la misma ilusión que el primer día. Muchas horas dedicó a encantamientos y hechizos y no podía tirar la toalla ahora aunque las cosas se estuvieran poniendo feas.
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GENEROSOS POR NATURALEZA
Carlos González habla con mucho acierto bajo mi humilde punto de vista sobre la generosidad de los más pequeños. Si nosotros no permitiríamos que un desconocido o una desconocida metiera sus manos en nuestro bolso, ¿por qué obligar a un niño o a una niña a que comparta sus juguetes con un igual si no quieren hacerlo? Seamos sinceros. Nosotros somos generosos con quien queremos serlo, no con todo el mundo, no con quien nos dicen que lo seamos. Decidimos con quién compartir y qué compartir y por supuesto cuándo queremos hacerlo.