• Personal

    Y LLEGASTE TÚ…

    Cuando todo parece desmoronarse, apareces tú con tu sonrisa infinita, con tus carcajadas de vida, con un aroma embriagador, con tu ternura más sincera… Apareces llenando de sentido cada segundo, recordándome que, a pesar de mis imperfecciones, me elegiste y eso me convierte en la mujer más afortunada del mundo. Fuiste sanador. Me regalaste el parto que siempre soñé, te sentí salir, me sentiste tuya y nos quisimos desde antes de conocernos.

  • Personal

    ¿A QUE ME LLEVO TU JUGUETE?

    Me sorprende cada vez más lo sádica que puede llegar a ser la gente en el trato a los niños. Pero sobre todo las personas mayores. En apenas unos días he presenciado varias escenas que me han dejado petrificada y sobre todo que me han cabreado muy mucho. Desde señores mayores que explotan con su cigarro globos de sus nietos y sobrinos «para ver la cara que ponen» hasta señoras que le dicen a mi hija que se van a llevar sus juguetes.

  • Personal

    EL PARTO DE MIS SUEÑOS (1ª parte)

    Yo siempre he sido una pupas. Me daba miedo sacarme sangre, me aterraba ponerme una vacuna… y si me hacía un pequeño corte lloraba como una magdalena. Recuerdo que una vez mi médico me dijo que no querría estar en el paritorio el día que yo fuese a dar a luz. ¡Qué le vamos a hacer! Aunque he de reconocer que con los años y dos partos he madurado muchísimo en ese sentido. El embarazo de mi hija fue maravilloso. Apenas unos días con náuseas y algún que otro malestar las últimas semanas pero en general envidiable. Quién me iba a decir a mí que el parto sería tan traumático…

  • Personal

    EL PARTO DE MIS SUEÑOS (2ª parte)

    Salí de la sala de exploración para la de dilatación y me entraron muchas ganas de hacer pis. Las matronas me animaron a que me lo hiciera encima y así hice je je. No supe que había roto ya la bolsa hasta unos minutos después. En la sala de dilatación me vine abajo. Las contracciones apenas me daban tiempo para reponerme y Fernando aún no había llegado. Me sentía sola. Creo que pocas veces en mi vida me he sentido tan sola. Comencé a llorar… de pena, de miedo, de soledad… aunque las enfermeras intentaban consolarme no tenía consuelo. Joder, me veía pariendo sola. S-O-L-A. ¿Hay algo más triste?

  • Personal

    ¿CUÁNDO TE HICISTE MAYOR?

    La miro y me pregunto en qué momento creció tanto. Cuándo cambió su «Aetata» por «Alessandra». Cuándo su «Alala» por «te quiero». Cuándo dejó de depender de mi mano para caminar. Me pregunto en qué momento dejó de ser un bebé, cómo es posible que el tiempo haya pasado tan rápido y lo vivido parezca un sueño.