Maternidad

9 TIPS PARA PROTEGER A LOS NIÑOS DEL SOL

Por fin ha llegado el buen tiempo y cómo no las ganas de disfrutar junto a nuestros hijos de la playa y de la piscina escapando un poco del calor y de la rutina.

Por este motivo recopilo estos nueve consejos o recomendaciones para protegerles del sol, de las quemaduras y de los golpes de calor.

 

No es conveniente exponer al sol a bebés menores de 6 meses porque tienen muchas más posibilidades de sufrir algún tipo de quemadura debido a que su piel todavía es extremadamente sensible. Además, no se recomienda que antes de esa edad usen protectores solares.

Es vital resguardar la vista de los más pequeños con gafas de sol homologadas que les proteja adecuadamente de la radiación ultravioleta.

Evitar exponerles al sol entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde. Las últimas horas de la tarde son las más seguras para que los pequeños disfruten de la playa.

Nunca usar un protector solar con un factor de protección inferior a 15. Lo más recomendable es que sea igual o superior a 30 (yo no uso con mi hija uno por debajo de 45) y resistente al agua (por lo tanto, también resistente al sudor). Hay que aplicarles la loción al menos media hora antes de la primera exposición al sol y después cada dos horas aproximadamente a no ser que esté en continuo contacto con el agua en cuyo caso habría que adelantar las aplicaciones.

Proteger su cabeza con una gorra es muy importante. Ya podemos adquirir gorras hechas con tejidos especiales que bloquean los rayos solares por lo que ofrecen una protección muchísimo mayor. También es conveniente el uso de zapatillas adecuadas para la playa que le protejan correctamente los pies.

Usar siempre una sombrilla. La sombra es importantísima. Las que son tipo tienda de campaña son las mejores aunque no hay nada como la sombra natural de un árbol.

La hidratación debe ser continua y debemos refrescarles asiduamente. Con las altas temperaturas y la actividad física (ya sabemos que los niños juegan hasta el agotamiento) sudan muchísimo y pierden líquidos y sales minerales que son fundamentales recuperar. El Observatorio de Hidratación y Salud asegura que los niños son especialmente vulnerables a la deshidratación y que por lo tanto deben beber agua (o leche materna) de manera muy frecuente.

Usar ropa de baño que proteja su piel y a poder ser de tejidos que se sequen rápido y que sean traspirables.

Proteger los labios de las quemaduras con un bálsamo que contenga protección solar. No se nos puede olvidar que los labios se pueden quemar al igual que el resto de nuestra piel.

 

Hay que tener en cuenta que en los días nublados también hay que seguir estas pautas ya que el 90% de los rayos ultravioleta atraviesa las nubes.

La sobreexposición al sol puede traer graves consecuencias: envejecimiento prematuro de la piel, cáncer de piel, cataratas, inhibición del sistema inmunitario, quemaduras y enrojecimiento de la piel, sarpullidos, manchas solares…

Por lo tanto, es nuestra responsabilidad y en nuestras manos está minimizar los riesgos y extremar las medidas de precaución para que nuestros hijos disfruten seguros del verano y de las actividades al aire libre.

¡Espero que te estos consejos te resulten útiles!

 

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