Maternidad

POR UNA LACTANCIA INFORMADA

Des el pecho o no coincidirás conmigo en que nos falta información veraz y rigurosa sobre la lactancia.

Vivimos en un mundo de intereses y de desconocimiento, en el que todo el mundo opina y en el que apenas nos cuestionamos nada. Y digo esto porque nadie, o casi nadie, cuestiona a su pediatra cuando le manda una «ayuda» de leche artificial porque supuestamente su bebé se queda con hambre; no cuestionamos al médico de cabecera que nos manda un relajante muscular y que nos afirma que es compatible con la lactancia sin molestarse siquiera en comprobarlo; no cuestionamos a la enfermera que, recién paridas, nos dice que tenemos que darle un biberón a nuestro bebé porque todavía no nos ha subido la leche y sino pasará hambre; no cuestionamos a la psicóloga que afirma que la lactancia a partir de un año provoca que nuestros hijos se vuelvan excesivamente dependientes. Y no los cuestionamos por el simple hecho de que confiamos en ellos, de que creemos que por haber estudiado una carrera universitaria saben más que nosotras y pueden darnos lecciones de cómo tenemos que criar a nuestros hijos.

Perdona pero no estoy de acuerdo. Para empezar cualquier persona humana puede equivocarse y ni un médico, ni un científico, ni una pediatra ni una psicóloga están libres de meter la pata en algún momento. Y por supuesto la ciencia y la medicina avanza y hay que actualizarse. No es lógico que haya «profesionales» (y sí, lo entrecomillo porque a los médicos a los que me refiero me parecen de todo menos unos profesionales) que se queden anclados en lo que estudiaron hace 25 años y estén acomodados en su consulta manteniendo el mismo discurso del siglo pasado a pesar de que las evidencias científicas digan todo lo contrario.

Me parece increíble que además, los medios de comunicación, sean cómplices de este grave atentado contra la salud pública. Y no, no exagero. La Organización Mundial de la Salud afirma que «todos los años se podría salvar la vida de unos 800.000 menores de cinco años si la lactancia materna de todos los menores de 23 meses fuera óptima». ¿Cómo es posible que yo pueda escuchar en un programa de televisión de máxima audiencia a un señor con una bata blanca que afirme que los niños que tomen el pecho más de seis meses corren el riesgo de padecer anemias y raquitismo? ¿Se puede saber en qué narices se basa para decir semejante gilipollez? ¿Cómo una televisión nacional puede ser cómplice de tal barbarie?

¿Qué intereses no hay detrás de esta campaña eterna de desprestigio a la lactancia? ¿Cuántos millones de euros mueve el mundo de las leches artificiales para bebés? ¿¡¡No os dais cuenta!!?

Vivimos en un mundo corroído, corrompido hasta la médula. En el que nuestros políticos se gastan nuestras pensiones en áticos de lujo y señoritas de compañía, en el que los médicos se venden a marcas de leche por un crucero, en el que los estudios sobre alimentación infantil lo pagan las propias marcas de leches de fórmula (¿de verdad vais a creer que si Nestlé patrocina un estudio se va a dar algún dato negativo sobre la leche artificial? Por favor…), en el que cuenta más vender libros y hacer caja que velar por la salud de la infancia…

De verdad, ¡¡YA BASTA!!

Es por esto que, por desgracia, nuestra sociedad siga necesitando de plataformas que luchen activamente contra quienes siguen mintiendo, coaccionando y coartando la libertad de las mujeres y el derecho que tenemos todas las personas a estar informadas.

Que cada mujer sea libre para elegir el camino que quiere seguir en la alimentación de sus hijos. Una mujer que da el biberón a su bebé porque le han dicho que su leche no alimenta no está actuando desde la libertad porque está siendo engañada. A veces porque quién se lo dice tiene malas intenciones y otras veces porque no tiene ni idea.

Es por eso que hoy quiero recomendaros que echéis un vistazo a la Plataforma Lactancia Informada que lucha precisamente para conseguir que todos conozcamos la verdad sobre la lactancia materna y sobre las leches de fórmula y para que con esa verdad en nuestras manos actuemos como creamos conveniente.

Porque no nos merecemos, como mujeres y como madres, que la alimentación de nuestros hijos sea dirigida por los intereses de unos cuantos. Tomemos las riendas. Luchemos contra quienes nos engañan.

Seamos LIBRES

 

LACTANCIAINFORMADA

 

 

 

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