Hoy día es raro encontrar una película infantil o una serie de dibujos animados en los que no haya violencia implícita. Os acordáis de lo que os contaba sobre Petter Rabbit, ¿no?
Por eso, antes de ir al cine con mi hija, me aseguro de que no vamos a llevarnos una sorpresa desagradable.
Me apetecía mucho ver Ferdinand porque había leído una crítica absurda y ridícula, escrita por un periodista taurino y con pocas luces. Decía que era una historia sensiblera y mentirosa (what?). El crítico en cuestión aseguraba que se estaba manipulando a través de esta película el mensaje de amor y respeto por los animales (what!!??) Y remata diciendo que la peli es antinatural porque el toro está rechazando su destino de toro bravo como si la gallina rechazara poner huevos o el perro andar a cuatro patas. Sí. Tal cual. Ya os avisé de que tenía pocas luces…
Esto me sirvió, al menos, para convencerme de que la peli encajaría con mis ideales y que podría aprovecharla para explicarle algunas cosas a mi hija sobre los animales en general y sobre los toros en particular. Continuar leyendo